Resbalaban por mi sien brillantes exclamaciones arqueadas, ¿volveré a escuchar esa vocecilla que pende de un hilo plateado? Y si no vuelve, ¿seguiré siendo yo o me convertiré en un ser sin escrúpulos? ¿Realmente tuve alguna vez conciencia?
Parece ser que si algún día la tuve, ahora está afónica, o quizá se marchó de vacaciones olvidando colgar el cartel de “CERRADO (disculpen las molestias)”.
De hecho, creo que realmente se marchó sin avisar, porque me siento más ligera y no hay razones aparentes para ello…

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